BIODESCODIFCACION OIDO

Una otitis puede ser una inflamación que ocurre en las cavidades el oído medio, una inflamación que ocurre en la mucosa que recubre nuestro tímpano, una inflamación en la parte externa del oído o una inflamación en la parte más profunda del oído.
Claramente son zonas del oído muy distintas pero el conflicto emocional que provoca la otitis es básicamente uno: NO QUIERO OÍR ESTO.

Ya sabemos que el oír puede tomarse como algo REAL o lo podemos mirar desde el lado simbólico: aceptar, tolerar, etc.
Y por supuesto del grado del impacto emocional dependerá la gravedad o el grado de dolor que se provoque.

Cuando nos referimos a oír, puede ser cualquier cosa:
– La música a todo volumen del vecino
– Las bocinas de todos los autos a mi alrededor en un pesado día de mucho tráfico
– Las palabras de mi pareja que ya me resultan molestas
– El llanto de mi hijo que por más que lo intento no para
– Las llamadas constantes que recibo en mi trabajo

Y no sólo sonidos entran en los oídos, también pueden ser objetos:
– Los audífonos de mi celular
– El viento
– El agua de una piscina, río, mar, lago, etc.
– Tapones para dormir

En las perforaciones de tímpano por ejemplo, la causa principal puede ser el estar en un ambiente lleno de ruidos molestos y no tener la capacidad de eliminarlos, desaparecerlos:
– En mi casa todo el mundo grita y no tengo el valor para rebelarme ante eso.
– En mi casa mi hermana siempre tiene la música en un volumen muy alto, mis padres no logran que baje el volumen pero a mí mi hermana jamás me oye, me ignora, no le importa que su ruido me moleste.
– En mi trabajo la maquinaria hace demasiado ruido y soy incapaz de escuchar las órdenes de mi jefe claramente, ya he tenido bastante problemas porque no he tenido el valor de decirle que no le oigo bien.

El problema de estos conflictos en los que yo me siento impotente para dar una resolución, es que puedo hacer una otitis crónica, que por supuesto, impedirá que yo oiga normalmente aunque esté en un ambiente silencioso.

Si lo que el médico me ha diagnosticado es una OTITIS EXTERNA, quiere decir que algún elemento extraño entró a mi oído o bien recibí un golpe en el oído.
Pudo haber entrado agua sucia o contaminada o me rasqué el oído con la mano sucia y he provocado una irritación y tal vez hasta la formación de un granito o forúnculo que obviamente duele y se inflama.
En las otitis externas, rara vez influye una emoción como causa. A menos claro que yo haya temido que esa agua sucia entrara en mi oído o haya estado muy consciente de que mi mano estaba sucia al rascarme, eso sí puede influir.

Y ahora vayamos a la parte simbólica de las OTITIS EXTERNAS, porque las hay.
Yo puedo permitir el desarrollo y la multiplicación de estafilococos simplemente porque escuché que alguien decía algo negativo de mí.
Yo puedo permitir el desarrollo de Pseudomonas en mi oído si aquello que me dijeron yo sabía que eran mentiras, que me estaban viendo la cara.
Yo puedo permitir el desarrollo de Estreptococos si de pronto alguna vivencia me hace sentir servil, humillado o agachado, doblegado.
Yo puedo permitir el desarrollo de Colibacilos si escucho palabras parecidas y no logro comprender la diferencia, esto es muy común en las personas que intentan aprender un idioma en donde muchas palabras “suenan” igual, o en personas que manejan o dirigen mucho personal y hay nombres muy parecidos o repetidos y me impide identificar a cada uno.

Para las OTITIS EXTERNAS siempre buscaremos conflictos emocionales de “necesito encontrar una solución para poder identificar esto que oigo mal o que no identifico”.
Hay una emoción de no entender por qué se nos dicen las cosas, por qué nos las dicen de tal o cual manera, no entender lo que se nos está diciendo, etc. Y toda esta necesidad de intentar comprender, me desvaloriza, me pone triste, me hace sentir que me estoy perdiendo de cosas importante del momento, del día, de la vida misma.

Por un lado tenemos el conflicto de que no comprendo por qué me dicen lo que me dicen, por qué no lo entiendo, por qué me mienten, etc.
Por el otro lado, me siento desvalorizado, incomunicado, incapaz de reclamar o preguntar.

Por lo tanto pareciera que estoy viviendo dos conflictos simultáneos, mismos que no se han resuelto y entro en una especie de autismo, de esquizofrenia, porque intento evadirme del momento, no entrar en conflicto, pero tampoco resuelvo, no quiero pelear porque ni siquiera creo entender el problema y por supuesto, hay un miedo tremendo a la burla, a que se rían de que yo soy el único que no oye bien, el único que acepta las mentiras, el único que no reclama.

Y esa OTITIS EXTERNA por supuesto que se puede complicar si lo dejamos pasar, se puede convertir en una PERICONDRITIS, que sería el grado máximo de DESVALORIZACIÓN. Cuando la persona se rinde ante el “NO ESCUCHO BIEN”, en lugar de pedir que bajen el volumen, en lugar de hablar a solas con el jefe y decirle que junto a las máquinas no le dé órdenes, en lugar de decirle a esa persona que me miente que ya me di cuenta que lo hace.

Y una vez que tengamos el valor de aclarar todos mis problemas auditivos, por supuesto que mis oídos recuperarán la capacidad para escuchar, para ya no inflamarse, para permitirme oír perfectamente.

Cuando hablamos de una OTITIS MEDIA, casi siempre estamos hablando de inflamaciones en el oído medio de un menor de edad. Es decir, de un niño.

Y para que aparezca una otitis en un niño, necesariamente el menor vivió o está viviendo alguno de los siguientes conflictos:

– Nadie en casa me dice palabras de cariño ó no siento sinceras esas palabras.
– Mi mamá me grita mucho, me da órdenes gritando y luego cambia el tono y dice quererme
– En mi casa mis padres pelean y discuten todo el tiempo, hay gritos, ofensas, humillaciones, etc.
– Mi padre jamás me dice palabras dulces
– En mi casa me educan a gritos o con malas palabras, quieren que yo aprenda así en lugar de
comunicarse correcta y tranquilamente.
– Mis padres me mienten mucho, me prometen cosas que no me cumplen, me engañan.

La OTITIS MEDIA por lo tanto puede permanecer por años, mientras el niño siga creciendo en un hogar tóxico y lo peor es que puede llegar el día en que el oído crea un TAPÓN de cera para dejar
de oír definitivamente (y por supuesto este tapón dolerá y causará más inflamación).
Aquí además de gritos, malas palabras y discusiones, puede ser que niño ya esté oyendo portazos, manotazos, objetos volando y rompiéndose, etc.

Resumiendo las OTITIS, limitémonos a comprender que necesariamente está relacionado con NO OÍR lo correcto, lo bueno, lo amable, lo honesto, lo tranquilo, lo amoroso, lo pacífico.
Analicen el ambiente en el que viven, en el que trabajan y revisen también el ambiente en el que el niño se desarrolla, porque quizá en casa todo está bien, pero como al niño lo cuidan en casa de la tía o la abuela, puede ser que ahí sea en donde el ruido es tóxico.